lunes, 17 de junio de 2013

29.- Ayuno






Quisiera desdibujar
esta muerte de ruda silueta :
mientras te nombro,
mientras afino el combate
o el pensamiento,
mientras muero o renazco
en el espejo del grito,
... mientras  atrono.
Pero procrea la angustia
premoniciones de niebla
espectorando luces
con   tus sueños y mi rutina .
Y es que no hay corazón entrenado
para engranar tanto artilugio
como genera el poder del vacío.
Hasta mis labios se mueren
en la esquina  opuesta
donde amanece el asombro de tus labios,
donde se anclaron mil noches,
a tu beso, con la pesadez exacta
de un riguroso luto.
No seré capaz
de saciar el hambre de estas páginas
con la avidez impuesta por el horario
de su  blanco suicidio.
No alcanzaré a ocluir los afilados balcones
por donde el pan de mis letras se precipita,
hasta sembrarse, ayuno,
en  la sequedad del asfalto.


R. Iglesias
16 junio 2013



Safe Creative #1306175288304

miércoles, 29 de mayo de 2013

28.- Epitafio de mi vientre




Me fui tan triste
que escuché cómo lloraba  mi sangre.
Tanto amor alejándose de mi,
aquél ocaso de la memoria
golpeando la carne como un trueno.
Recostada sobre la arista,
sobre el cuchillo  de la separación
 caí rodando,
rodé por  aquél precipicio de noches.
Qué lejos  sin desearlo me fui,
qué sobredosis de amargura y esquelas
me inyectaron con la ausencia letal
entre ambos espíritus.
Ay, hijo mío, adiós, historia de mi vida,
epitafio de mi vientre :
cómo pudieron marcharme sin ti
cuando apenas nos abríamos,
en par,
como una gozosa  ventana...



Rosa Iglesias


viernes, 26 de abril de 2013

27.- El péndulo


 


"Tú caerás, a plomo,
como caen los pesos muertos desde el aire, 
como la asoladora calma, que tras el asedio,
nos ofende de insultante realidad."

R.I



Siento crujir bajo los pies la vida
y cómo se troca en lecho de mi sonrisa enferma.
No temo  profundizar, hundirme...
 -  he decidido seguir caminando - .
Una insípida lluvia de senectud y silencio
se refugia en el alma,  dando celeridad
a la involución de esta metamorfosis siniestra.

Duele el color ceniciento de las calles.
Va  mimetizando, en su deambular,
el rigor mortis  depositado  en las aceras.

Oscilo.

Me tambaleo  entre  esperanza  y fracaso
con la precisión  cadavéricamente exacta
de un péndulo muerto.
El golpe seco  de la inconsciencia me derriba.
Percibo haber alcanzado la suela del mundo.

Entonces,  pendulo,
caigo
la bota del demonio  me patea.



Rosa Iglesias

martes, 22 de enero de 2013

26.- A veces, los pájaros









A veces, los pájaros,  sueñan tránsitos de a pie
para negociar largos caminos de piedra.
Ignoran   la astucia incongruente del lobo
que les dará caza sin piedad
como sombra  camuflada entre el alpiste.
Después  irán derivando
hacia las terminaciones infructuosas del aire
para incubar sus infecciones  condoliéndose  en la espera.
Serán, en  esos otros   mundos  hemorrágicos  de cieno,
los cráteres  y no los nidos, los azarosos transeúntes
que, inhalando somnolencias por sus  plumas,
vagabundearán,  elípticos, pareciendo musgo azul
amparándose en la sombra.
Mas   sé, que hay hombres inapetentes
atragantados por  el asombro,
paises huecos que se acorazan contra la tristeza
y árboles melancólicos,  sin futuro,
que abren sus tonos verdes  eclipsados
hacia la delincuencia icterícica de las ciudades.
Algunos  pájaros  más sensibles,
creen haber enfermado de abandono
al experimentar que  el tiempo es una palabra lenta
enredada en  la memoria de la especie...


Rosa Iglesias
4 enero 2013