Ella estaba sola, pidiéndole sueños al mar.
Su camino hacia el Sur había perdido la ruta,
el amor hacia las islas virado la trama
contra un aislamiento inútil.
Cuántos espejismos había echado a perder
a pesar de que el viento revolviera sus visiones
reorientándola
como el imán se reorienta en la brújula.
La forma estricta del deseo,
la intensidad que hubo comprometido
el rubescente candor de las nubes
se consumía como incienso dando perfume a las olas.
Una lluvia de herrumbre,
justo en su ahogo, la hirió.
Ni los nimbos sobre las islas
lograron pesar tanto para hundirse con ella
ni consiguieron conmover las olas, con sus místicos odores,
a aquel Neptuno agorero.
Cayó . Sencillamente, cayó : aislada, ahuecándose sola
como una pluma silente abriendo su llaga en el mar.
al inyectarle, un acantilado de amnesias.
Rosa Iglesias
2 octubre 2012
Poesía, POESÍA, Poesía, que crece y se adentra, porque es allí, en lo profundo donde reside, para llegar a todo aquel que deba atender.
ResponderEliminarDesde mi acá, en esta extraña que habito y aún permanezco, siendo 5 o ya 6 a la vez, pido perdón una vez más y hasta el último de mis días, seguirá un silencio profundo que debí haber atendido, antes de dañar.
Salud_os
Rossana